lunes, 2 de mayo de 2011

Prólogo.

Julieta le abrió los ojos al nuevo día. Chica curiosa, con pájaros en la cabeza. Miró a través del cristal de su ventanal, el cual estaba calentado por el brillante sol que lucía esta mañana el cielo despejado, azul.
Hoy es 21 de abril, primavera. Su estación favorita, porque, simplemente era como ella: alegre, simpática, dulce...
Sus pensamientos estaban hundidos en aquella imagen, risueña y floral, pero gran parte de ellos los ocupaba él.
Él era como el olor de las flores, el canto de los pájaros, la esencia de la primavera para ella.
Pero aquel chico de sus sueños no tenía los mismos pensamientos.
Ella no existía en su cabeza, era una mota de polvo en un remoto desierto para él.
No quería pensar en ello, no, Julieta no tenía tiempo para que le atormentan los sesos.

Se dispuso a vestirse con una mueca ligera en los labios.
Falda de vuelo, beige, clara para un día despejado como hoy. Camisa de flores, lila, tan especial como las flores de su jarrón. Ella piensa que es un conjunto perfecto para este día tan especial, 21 de Abril, primavera.