En la entrada al instituto, todo se derrumbó, todo cayó... Cada vez que bajaba de su autobús, lo veía, con otras chicas más guapas, atléticas y populares que ella, con chicas mejores que ella. Arturo. Ese nombre recorría su cabeza de izquierda a derecha, una y otra vez. Arturo. El chico de sus sueños y el de muchas más, pero estaba segura de que ninguna lo quería más que ella. Arturo. Ese chico querido por todos y que vagamente se fijaba en Julieta. Arturo. El chico que le rompía el corazón.
Subía los escalones de la entrada al centro deprisa y a empujones, consecuencias de la hora punta escolar, una variedad de edades corría ante ella para no perder la primera clase de la mañana. Julieta era como una chica invisible, nadie le prestaba atención, una chica incomprendida en su ciudad. Recorrió los pasillos hasta su clase y entró rápidamente. El profesor de historia no había llegado aún, y la clase era un completo desastre. Ella dividía a los elementos de su clase en 3 grupos: los populares, aquellos que estaban atentos a todo, preparados para atacarte en cuanto pudieran, eran las cobras de la humillación, solo pretendían hundirte. Los tipos malos, aquellos que se arrepentirían en un futuro, los que no abrían los libros y les importaba todo un bledo. Y su grupo, los solitarios, que seguían estrictamente el refrán de: Come y deja comer. No molestaban a nadie, aunque todos se burlaban alguna vez.
Tras observar por un segundo el caos de su aula, se apresuró a tomar su asiento, que estaba situado al lado de la ventana y al fondo. Se sentó y, dejando su cartera en el suelo, comenzó a sacar los libros para empezar a perder toda la mañana dando clases. Cuando terminó y levantó su cabeza levemente, lo vió. El chico nuevo. Era dificil que entrara nadie a esas alturas del curso. El chico se percató de la mirada de Julieta y con una gran sonrisa, empezó a presentarse:
- Hola, soy... nuevo. Me llamo Nicolás, ¿Y tu?
- Hola...soy Julieta, ¿Dejan entrar a gente a estas alturas del curso?
- Sí y perdón si te molesto pero creía que con tanta miradita, querrías que me presentara.
- Oh...- Susurró Julieta, sonrojada- perdón, no pretendía ofenderte, solo...
- No pasa nada, era broma - Terminó con una sonrisa.
- Buenos días, clase, hoy empezaremos con la Edad Moderna, abrid vuestros libros por la página 106.- Concluyó el Profesor Matias, de muy buen humor para ser lunes por la mañana.
Cuando los profesores hablaban, Julieta solía mirar por la ventana y escapar muy lejos de allí, visitando lugares con la imaginación, pero ese día no podía dejar de mirar a Nicolás, el chico que le cambiará la vida.
¡Genial! me ha encantado, Ambrosius. Espero el siguiente con muchas ganas.
ResponderEliminarOH MY GOD! Esto es mucho mejor que mi libro, que digo, ¡que mis DOS libros! Aunque sea muy poco, esta muy bien, me gusta. Espero el otro con impaciencia y que sepas que si no lo hace... TE MATARÉ.
ResponderEliminarTe quiero :D