sábado, 8 de septiembre de 2012
Capítulo 2.
Julieta no lo podía creer. Durante esa mañana sus pensamientos habian estado inundados de la esencia de aquel muchacho nuevo, Nicolás. No podía concentrarse en nada, su sonrisa se le venía a la mente en cuanto cerraba sus ojos. Sabía que estaba enamorada de Arturo, que tanto años guardando ese secreto no eran en vano. Lo sabía, pero aún así, se había pasado las tres pasadas horas con los ojos cerrados.
La hora de la comida solo era una porcíón de eternidad más dentro del horario escolar. Julieta pasaba lentamente la bandeja por la barra, sin prestar mucha atención a la comida de hoy. Cuando se disponía a comer en una mesa apartada y solitaria, una figura familiar se le acercó:
- Esto…hola, no conozco a nadie más…¿Puedo sentarme contigo? - Dijo Nicolás, sujetando una bandeja en sus manos.
Julieta no se había fijado en los grandes ojos azules que hacían contraste con su oscuro pelo ondulado- Claro, sientaté- Dijo, escondiendose tras su pelo, sonrojada.
- ¿Siempre te sientas sola? ¿No tienes un grupo de amigos como los demás? - Dijo mirando de soslayo al resto del comedor.
- Cuando lleves un poco más de tiempo aquí te darás cuenta de que hacer amigos es lo de menos, además de una pérdida de tiempo - contestó, mirando fijamete su plato.
- A mi no se me da muy mal hacer amigos, pero aquí todos me miran como si fuera un bicho raro.
- Es lo que tiene ser el nuevo.
La campana del fin del almuerzo concluyó su conversación y se encaminó a seguir con la jornada escolar.
Nicolás, pensaba Julieta mientras el profesor de literatura hablaba sobre las obras de Shakespeare, es un nombre precioso, tiene unos ojos tan azules como el mar, es… sencillamente perfecto.
Y pensando, pensando y pensando… se acabó enamorando.
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Y pensando, pensando y pensando...se acabó enamorando. Me encanta esta frase.
ResponderEliminarEstá muy bien el capítulo.
Ah por cierto,amo a Nicolas.